Guiño

Guiño | Rob Harrell | Gran Travesía | Contemporánea | Conclusivo | 360 páginas | 15,95€/10,44€ | 9788412199048 | Comprar en físico | Comprar en digital

Guiño cuenta la historia de Ross, un chico normal, que de repente debe enfrentarse a una situación extraordinaria. Un día, a Ross le diagnostican cáncer en el ojo. Se trata de un caso tremendamente insólito y debe tratarse con extrema urgencia. Inicialmente, la única solución parece la de extraer el ojo y que Ross deba acostumbrarse a una prótesis, pero inmediatamente un médico le ofrece otra posibilidad: su ojo afectado se quedará sin visión, pero no tendrá que perderlo.

Aunque esta solución le da nuevas esperanzas, la situación es tan rápida e imprevista y tan difícil de soportar (la radioterapia, la pérdida de pelo, llevar un ridículo gorro, la cicatriz en su frente…), que Ross tendrá que asirse a las personas que ama y a lo que verdaderamente importa para superarla. 

Gracias a la editorial y a Babelio por el ejemplar

Tenía ganas de leer este libro, no es el tipo de lectura a la que yo estoy acostumbrada, pero en mis prácticas en una librería, mis compañeras recomendaban este libro así que, al final, te acaba picando la curiosidad. La verdad es que, aunque parezca una lectura dura por el tema que trata, el autor ha conseguido darle un toque diferente a la historia de Ross. Aunque también ha sido a su propia historia, ya que en los agradecimientos y en la biografía menciona que él mismo pasó por un cáncer en un ojo y tuvo que pasar el mismo proceso que el protagonista de este libro. 

Ross es un niño que acaba de empezar primero de la ESO de una forma bastante distinta a sus compañeros, ya que justo el verano antes le detectaron cáncer en el ojo. En el instituto tendrá el apoyo de su amiga Abby, la única que no le mira de forma distinta por su enfermedad. Todas las tardes, al salir del instituto tendrá que ir al hospital para seguir un tratamiento en el que tendrá que estar tumbado en una camilla mirando una cruz en rojo que tenga delante. Allí conocerá a un enfermero de lo más particular, que le hará más leve el tratamiento y le contagiará su pasión por la música.

Puede parecer una historia triste porque la trama es lo que te da a entender, pero el autor le ha querido dar el efecto contrario. El protagonista acepta rápidamente la enfermedad, lo que le pilla grande es saber que el resto de compañeros o personas del instituto le miran diferente, el no sentirse igual y normal al resto es lo que peor lleva. Intentará pasar de ellos, pero todos sabemos lo crueles que pueden ser los niños y hay un par de escenas que me parecieron muy duras por eso mismo, porque me imaginaba a niños reales haciendo eso sin ningún remordimiento. 

«—A veces la vida es TERRIBLE, ¿sabes? Puede ser muy dura. Y lo único que puedes hacer es seguir adelante ¿y, tal vez, concentrarte en las cosas que disfrutas? ¿En la gente que amas? Y así, te sostienes y sigues... te sujetas bien, con ambas manos, para salir del agujero.» 

La historia está contada desde la perspectiva de Ross, en primera persona del presente. No soy muy fan de estas narraciones porque prefiero la tercera en pasado, pero teniendo en cuenta que, según lo lees te das cuenta de que tiene ese toque infantil en la narración, puede estar bien. Se lee bastante rápido y está acompañado de dibujos entre las páginas, ya que el protagonista dibuja y, por lo que pone en la biografía, también son cosa del autor. Al igual que las viñetas de Baticerdo: una mezcla de Batman con un cerdo, que utiliza el protagonista  para evadirse y contar sus situaciones a través del superhéroe porcino.

Sobre Ross no tengo mucho que decir como personaje porque actúa como un chaval de su edad. Intenta tomarse su enfermedad como algo normal porque es algo con lo que tiene que convivir, pero también tiene que convivir con el resto de adolescentes de esa edad. Empieza a interesarse por la música y en querer tocar la guitarra, así que ese será su salvavidas, junto a su amiga Abby, su mejor amiga y quien se tomará su cáncer también como algo normal y le apoyará durante toda la historia. Al igual que su padre y su novia. Frank, el enfermero del hospital, también le dará alegría a la historia al ser un personaje muy animado y chistoso.

Está siendo una reseña cortita porque no está llena de muchos giros y los que lo son, me parece que destripan demasiado la historia y mola mucho más descubrirlo por uno mismo y no leyéndolo en una reseña. Guiño me ha gustado, pero no ha sido el mejor libro que he leído y el toque infantil del personaje en la narración lo he notado mucho, aunque haya sido ligero de leer, ha habido algo que me ha faltado. Aun así, si os gustan las historias contemporáneas de este tipo, os puede llegar a gustar.

«—Lo que quiero decir es que todos cargamos con una piedra, Ross. No me malinterpretes. Algunas son pequeñas. Y otras muy grandes.»