Romperse en estrellas

Romperse en estrellas | Isabel Fernández Madrid | Ediciones Freya | Contemporánea | Conclusivo | 423 páginas | 16,50/3,99€ | 9788412046793 | Comprar en físico | Comprar en digital

Francia, 1923: La vida de Aurore Leblanc es sencilla. Sus días consisten en escuchar las historias de Dorian, bailar a escondidas, cuidar de su padre y hablar con una madre que nunca ha conocido. Todo eso cambia cuando conoce a una pintora que describe sus propios cuadros y que cuenta la historia de una chica que quiso volar, pero no pudo; que quiso bailar, pero no pudo. De una joven que vivió, aunque no de la manera que hubiese esperado.

Estados Unidos, 2018: Amber Young está en el último año de instituto y lo tiene todo: una familia que la quiere, unos amigos maravillosos y la oportunidad de hacer realidad sus sueños ganando la competición de baile por la que tanto ha luchado. Sin embargo, el baile de bienvenida se convierte en el suceso que marcará un antes y un después.

Es entonces cuando llega a sus manos un viejo libro que esconde la emotiva historia de una chica que solía bailar y en cuyas vivencias se verá reflejada de forma inesperada. Romperse en estrellas es ese libro que hará que las vidas de Aurore Leblanc y Amber Young queden unidas en una espiral de danza y resiliencia que perdurará en el tiempo.

Aurore vive una vida sencilla, aunque tiene que cuidar a su padre, ya que tras la muerte de su madre por tuberculosis, ha caído en la depresión y lo único que hace es beber para evadirse de la realidad. Por suerte para ella, siempre ha contado con el apoyo de Dorian. El joven muchacho quiere mucho a su amiga, pero sueña con poder irse a vivir a la gran capital, París. Le encanta su pueblo, salir a pescar, quedar con Aurore para dar un paseo en barca... pero siente que allí no va a evolucionar como persona. Al pequeño dúo, un día se les une Rachel, una muchacha que hasta que no ve la relación de Aurore y Dorian no sabrá lo que es la verdadera amistad. Es artista, escribe e ilustra todo lo que ve, pero sobre todo le gusta dibujar a Aurore, quien le anima a escribir un libro en relación a su pueblo y así surge: Romperse en estrellas.

Esta línea temporal de la historia tiene lugar en el siglo XX en un pueblecito de Francia junto a estos tres protagonistas que te robarán el corazón. Esta es mi parte favorita del libro, aunque ha habido un par de cositas que me han fallado. Una de ellas es la ambientación, yo sé que tiene lugar en esa época porque se menciona a lo largo del libro y en inicios de capítulos, pero por el resto yo no tenía la sensación de que estuviéramos en el siglo XX. Esto no solo me ha fallado en cuanto a descripciones, sino también en los diálogos de los personajes. También ha habido un par de cosas que no me gustan nada cómo están llevadas, que no puedo mencionar porque sería un poco spoiler. La resolución de esta línea temporal me resultó muy abrupta, los hechos y situaciones en la recta final suceden demasiado deprisa.

Aunque esto, se puede llegar a quedar en un segundo plano por los personajes. Una de las cosas que destacan en la narrativa de Isabel Fernández Madrid son sus personajes. Están muy bien perfilados y construidos. Creados para que te lleguen al corazón. Aurore, Dorian y Rachel son maravillosos, los amigos que una desearía tener. En conjunto son un potencial fuerte, pero por separado también. Cada uno tendrá sus propios problemas, pero estarían dispuestos a hacer lo que fuese por el otro. Y en más de una ocasión esto se demuestra. La relación de Aurore y Dorian es una de las más bonitas que he visto escritas, pero la relación de Aurore y Rachel es, sin duda alguna, mi favorita.

«Conocía el poder de las palabras y el peligro que encerraban. Servían para engatusar y engañar, para liberar y crear.» 

Amber está a punto de acabar el instituto junto a sus amigos. Tiene un carácter muy fuerte y suele ser la mira del resto de estudiantes, pero a ella le da igual lo que digan, ya que acabará haciendo lo que le da la gana sin arrepentimientos. Lo que más le apasiona es bailar hip-hop y quiere demostrárselo al resto del mundo, así que se está preparando para el concurso de bailes que tendrá lugar. Será su meta para conseguir salir de la ciudad y dedicarse a lo que quiere. Sus planes se verán interceptados el día del baile y su vida cambiará para siempre. Todo lo que le pasa en aquel momento se le viene encima, pero contará con el apoyo de sus amigos: Wendy, Brook y Jem. Gracias a Wendy, su mejor amiga y una fiel amante de los libros, llegará a ella Romperse en estrellas.

Tengo que admitir que pensaba que los dos hilos de este libro iban a tener una fuerte conexión, pero me parece algo simple. También pensé que, las cosas que se quedan abiertas en el primer libro, iban a tener su resolución en el segundo al leer Amber la historia de Aurore, pero no ha sido así. Esta parte es mucho más corta que la primera y hay cosas que tampoco me han terminado de convencer, sobre todo en lo resolutivo de varios conflictos. Esta segunda línea temporal tiene lugar en Estados Unidos, siglo XXI. Aquí la ambientación me ha parecido que está muy bien, pero esto se debe a que la autora estuve un año viviendo allí por estudios. Todo el momento del baile de bienvenida, las casas... me pareció muy conseguido. 

Al igual que en la primera parte, lo que destacan en esta son los personajes. Amber tiene un sueño y hará lo imposible por verlo cumplido y demostrar que ella puede con todo. Esta harta de las miradas y palabras que oye por los pasillos del instituto, pero seguirá haciendo lo que quiera y se comportará como verdaderamente es: una mujer muy fuerte. Wendy y ella son amigas desde hace años y se complementan muy bien. Mientras que Amber es un desastre con los estudios, Wendy le dedica varias horas, pero está un poco cansada de que la hablen solamente por deberes o exámenes. Ella está encantada de ayudar a sus amigos con los estudios, pero siente que solo se interesan por ella para eso. Por otro lado, tenemos a Brook y Jem, quienes se conocieron en un entrenamiento para entrar al equipo de fútbol y ahora son inseparables. A lo largo de la historia veremos que todos ellos tienen sus propios problemas, pero siempre en mente con la idea de que siempre estarán para el otro.

«La gente se equivocaba; la esperanza no era lo último que se perdía. Quizá las personas se apretaban las manos al saludarse, al darse fuerzas, al despedirse y al quererse, porque apoyarse en otros era lo último que quedaba.»