Aunque llueva fuego

Aunque llueva fuego | Beatriz Esteban | La Galera | Realismo mágico, histórica | Conclusivo | 552 páginas | 17,50€/8,54€ | 9788424663575 | Comprar en físico | Comprar en digital

Cuando Arielle llegó a casa de Chardin, con el cuerpo cargado de culpa y miedo, lo único que recibió fueron cuatro normas. No hables nunca de lo que te ocurre. No olvides respirar. No olvides lo que te hace sentir viva. Y por encima de todo: evita enamorarte. Pero quebró la primera norma, después de haber destrozado la cuarta, olvidado la segunda y aplazado la tercera. Francia, 1955. Arielle Larue nació en medio de la guerra y arrastra el caos allá donde va. Su abuela intenta convertirla en la esposa perfecta, pero nada de lo que le enseñe puede frenar el secreto que lleva dentro. Un secreto que acaba causando la peor de las destrucciones. Entonces Arielle es internada en Sainte Geneviève, para su protección y la de los que la rodean. Lo último que ella espera encontrar allí es una nueva familia; que empieza con Jem y sus palabras, con Nathan y sus chistes, con Claire y su miedo. Y que acaba con ella. Una familia que luchará por mantener cueste lo que cueste. Porque vale la pena luchar por aquello que te hace soñar con lo que siempre has temido vivir.

Beatriz Esteban es un ejemplo a seguir. Una de las escritoras jóvenes con un talento increíble que tenemos dentro del panorama actual español. Conocí a la autora hace muchos años, cuando todavía se utilizaba la aplicación de Ask y cuando publicaba Seré frágil en Wattpad. Desde entonces, no he perdido la pista de esta autora. Seré frágil me gustó mucho en su momento, pero es una historia muy dura, que estoy segura de que si lo leo ahora no me acabaría gustando del todo por mi situación mental. Después leí Presas, una historia que me gustó mucho, así que cuando en Mujeres que leen mujeres salió elegido este libro me alegré mucho. Aunque no ha sido lo esperado. Creo que las expectativas que tenía con este libro, por parte de mí misma y de personas que se han leído el libro y les ha gustado, me han influenciado demasiado a la hora de leerlo.

Arielle no llegó a conocer a su padre, todo lo que sabe sobre él es por la idealización que crea su madre respecto a la imagen que tenía. Llega un punto en el que se cansa de ser «la hija de» y de que su madre no la vea a ella, vea la imagen de su padre. Hasta que ella también muere y la única familia que le queda es su abuela, que ni siquiera le trata como si fuera su familia, sino que la encierra en un internado a mitad de curso y la abandona una noche en casa de un desconocido, Chardin, debido al poder que ella tiene. Su poder es una bendición que solamente sabrá ver gracias a Chardin, quien le ayudará a controlar su telequinesia, pero ella seguirá viéndolo como una desgracia y un peligro para el resto de personas que la rodean. Arielle aprenderá a tener tres vidas: la de estudiante en Sainte Geneviève, la de estudiante de telequinesia con Chardin y la de comportarse como si todo fuera normal en casa de su abuela.

Sin duda alguna, la trama es de lo más interesante y llamativa, pero creo que la autora no ha sabido darle el potencial que merecía. La historia está contada en primera persona desde el punto de vista de Arielle y es muy necesario para conocer cómo se siente nuestra protagonista. Es la primera vez que no me ha molestado la primera persona porque está bien llevada y se describe muy bien cómo son esos momentos de telequinesia. Lo que no me ha terminado de convencer es la mezcla que hace la autora de contar los hechos del pasado entremezclado con el presente, creo que podría haberlo contado todo desde el pasado haciendo saltos sin mezclarlo. Sobre todo porque hay cosas que no han tenido resolución, pequeños detalles que contados en el presente, te llevaban a una situación del pasado, pero que luego no se solucionaban. 

«—Tienes que recordar que, pase lo que pase, vendrán tiempos mejores, y aferrarte a la idea de que lo mejor que te ha pasado todavía no lo has vivido.» 

FanArt de Blackiat

Lo que verdaderamente destaca de esta historia son los personajes, todos ellos te harán sentir algo. Arielle es una adolescente que demuestra no ser la típica protagonista perfecta que lo tiene todo bajo control y eso me ha gustado mucho. Al final, no deja de ser una niña que ha perdido a mucha gente durante toda su vida y eso le pesa durante mucho tiempo. Aunque, tendrá un apoyo fundamental en las personas que conocerá en Sainte Geneviève: Claire, Jem y Nathan. La primera será su compañera de habitación, que poco a poco se irá convirtiendo en su mejor amiga, y quien le presente a los otros dos chicos. Dos universitarios de medicina que conquistarán corazones. Jem tiene el corazón roto por no poder dedicarse a lo que verdaderamente quiere: la escritura; pero es lo que querrían sus padres. Nathan es un joven de lo más risueño que prefiere pasarse las tardes charlando y bebiendo batidos a estudiar. Juntos se complementarán muy bien al ser tan distintos y demostrarán que no hace falta compartir sangre para sentirse parte de una familia de verdad.

En Jem y Nathan no he notado la misma evolución que en Claire y Arielle. La evolución de las dos jóvenes es mucho más abrupta en sus situaciones. Cosa que no me ha gustado mucho. Con el personaje de Claire podría haber introducido una mejoría considerable en lugar de hacer lo que hace con ella, pero esto es opinión mía. A través de Arielle y su telequinesia nos muestra una enfermedad mental muy importante como es la depresión. Si os da miedo empezarlo por ese tema, yo tengo que decir que me ha parecido que lo ha centrado tanto en la telequinesia que apenas te das cuenta que esos pensamientos los puede tener cualquiera. Además, la autora lo hace con delicadeza y sabiendo de lo que habla, ya que ha estudiado psicología. La única evolución que no he notado porque es tan abrupta que ni siquiera hay explicaciones en el libro es la de Chardin, uno de mis personajes favoritos. Todo el final es abrupto, sin ningún tipo de explicación y, aunque la intención de la autora es hacerte sentir algo, a mí me dejó indiferente.

Aunque llueva fuego es una historia que avanza muy lentamente. Tiene un potencial increíble en cuanto a trama, pero no se centra en ella, sino en los personajes, cosa que hace que baje el ritmo en su lectura. Me ha costado mucho leer este libro exactamente por eso y tener unas expectativas altas en él tampoco ha ayudado. Sin duda alguna, ha sido una de mis grandes decepciones literarias de este año. No es algo que me desanime a seguir leyendo a la autora, pero iré con más cuidado a la hora de leerme un libro suyo y, sobre todo, lo haré sin hacer caso a ninguna opinión que me cree demasiado hype por leerlo. A pesar de todo, creo que lo que más me ha gustado es la relación sana y romántica que se establece entre Jem y Arielle y la importancia que tiene el arte y la pintura en esta historia.

«Ahora sé que aquella frase que una vez me dijeron no le faltaba razón: nunca terminas de conocer a alguien. Tampoco terminas de conocerte.»