Ni boda, ni príncipe

Ni boda, ni príncipe | Rebeca Cid Vela | Verkami | Romance, contemporánea | Conclusivo | 300 páginas | 17/3€  | Comprar en físico y digital ayudando en el crowdfunding

Todo cambia cuando el rey Federico de Suecia decide que ya es hora de abdicar. Como heredera al trono, Elizabeth lleva preparándose casi toda su vida para este momento y aunque es su mayor deseo, no se esperaba que ocurriese tan pronto. Su ascensión al trono tiene un inconveniente; un matrimonio concertado.

Pese a ser el cuarto en la línea de sucesión a la corona de los Países Bajos, William lleva sintiendo la presión de su familia desde que nació con un padre que le trata con frialdad y que ahora le exige una sola cosa; que se case con la princesa de Suecia.

Ambos reciben la noticia del matrimonio como un jarro de agua fría pese a conocer su existencia. Los recuerdos de la infancia y los rencores del pasado se mezclarán con el miedo al futuro y con un presente que les arrastra hacia una realidad que no quieren vivir y que les hará enfrentarse a sus familias, pero sobre todo a su corazón..

Gracias a la autora por el ejemplar

Elizabeth lleva preparándose para ser reina y sentarse en el trono a gobernar toda su vida, parece que el momento ha llegado cuando su abuelo le anuncia la noticia de que va a retirarse y abdicar y, aunque es algo que esperaba con ansias, no la hace demasiada gracia. Ser reina tiene un gran inconveniente dado por una tonta ley: tiene que casarse para poder gobernar. A Liz no le hace ni pinza de gracia porque tiene un matrimonio concertado desde hace demasiados años con Will, príncipe de los Países Bajos. No le apetece nada casarse con ese estúpido príncipe engreído que le hizo una cosa horrible en la fiesta de cumpleaños de sus dieciséis, pero no la va a quedar más remedio que hablar con él para intentar parar esa tonta boda.

Will es un príncipe que se sale de la normativa de la familia real, a él le dan igual lo que digan sobre él en las revistas o lo que opine la gente, solamente quiere pasárselo bien. Vida solo hay una y no quiere estar encerrado entre cuatro paredes lujosas, así que se dedica a salir de fiesta y vivir. Sus deseos de seguir con esa vida se vienen trucados cuando su padre le da la noticia de que el rey Federico de Suecia va a dejar el trono y tendrá que ponerse en marcha la boda concertada que tiene con su nieta. Tendrán que pasar mucho tiempo para idear algo que consiga que no se lleve a cabo y no le hace especial gracia porque la princesa dejó de hablarse con él desde hace muchos años sin explicación alguna...

Es una historia que no tiene muchas complicaciones en la trama, pero no quita que no haya disfrutado un montón de su lectura. Cuando Rebeca me lo propuso porque su intención era auto publicarlo, sabía que era una historia que me iba a gustar, ya que tenemos gustos parecidos y me lo había vendido muy bien. ¡Lo que yo no sabía es que me fuera a gustar tanto! Me lo he pasado genial leyendo las andanzas de Liz y Will y como poco a poco van consiguiendo recuperar esa confianza y amistad que tenían hace años e, incluso, algo más... ejem, ejem...

«Fui yo la que estuvo seis años sin querer saber nada de él. Pero todo ese tiempo, ese odio estúpido y esas ganas de alejarme de él, no han hecho nada contra lo que el príncipe William me hace sentir.» 

Liz es una auténtica reina. No solo por el título que tiene, que también, si no porque me lo he pasado genial. Tiene unos comentarios maravillosos y geniales. Tiene respuesta para todo y es algo que me ha encantado porque yo soy igual. Elizabeth es capaz de luchar por lo que sea y cómo sea y te lo va a demostrar intentando no casarse con Will con un plan, que ni ella misma tiene muy claro, pero lo único que sabe es que lo va a conseguir. Es una princesa rebelde y empoderada, que irá en contra de lo que digan sus abuelos. Es uno de los personajes a los que más he querido en mucho tiempo y, la verdad, me dio pena saber que era un único libro...

Es imposible no amar a Will, de verdad. Tiene un exterior duro, que da a entender que le importan muy pocas cosas en la vida, pero no es así. Tiene sentimientos muy profundos y le da miedo que su familia le deje de lado. En realidad, es un cachito de pan al que hay que proteger de cualquier daño posible. Me gusta que sea natural, que actúe como quiere él y que no piense en los prejuicios de otras personas, incluida su propia familia. Además, todo personaje bisexual que se muestre en una historia es mi personaje favorito, aunque aquí no puedo elegir entre él o Liz porque amo mucho a los dos.

Ni boda, ni príncipe es una historia muy al estilo de Rojo, blanco y sangre azul, pero sin tanta política de por medio. De hecho, una de las cosas que más me han gustado es notar que la autora se ha documentado sobre ciertas cosas, pero te lo explica de una forma tan natural que casi ni lo sientes. Eso sí, si te animas a ayudar a que la publicación del libro salga adelante, tienes que saber que es una historia para pasar el rato, divertirte y enamorarte de los protagonistas, pero sin demasiada profundidad en la trama, es lo que es: evitar que se casen.

«Si tengo un problema prefiero beber hasta olvidarlo o huir a la otra punta del mundo en vez de enfrentarlo. Pero llevo meses sintiéndome así. O años, no lo sé. Me siento muy solo Liz. Cada vez estoy más alejado de mi familia y tengo miedo a quedarme solo por completo.»