Las vidas secretas

Las vidas secretas | Gemma Urraka | Niña Loba Editorial | Contemporánea | Conclusivo | 317 páginas | 13,99€/2,50€ | 9788412226256 | Comprar en físico y digital 

A los dieciocho años, Cora se muda a París a estudiar Medicina obligada por su padre. Entre los paseos con su amiga Chantal y su trabajo de camarera en un pequeño cine-estudio, explora la ciudad y va desgranando las historias de todos los personajes que se van cruzando en su camino: Los ancianos Abe y Lorraine Moore, el anticuario Adrien Flament, la pintora de amapolas Margot Laforêt o un misterioso hombre a quien apodará Monsieur Gabardine.

Entre las hojas de su diario lleva guardado un secreto al que no logra dar respuestas: una antigua fotografía en blanco y negro que encontró de niña entre las cosas de su abuelo. En ella, como en un espejo, una mujer muestra su mismo rostro a cámara. En el dorso puede leerse: «Saint-Germain-des-Prés, 1953».

Las vidas secretas es una carta de amor a la juventud, una historia sobre la búsqueda de la identidad de un rostro en una vieja fotografía, pero también la pregunta por el ser íntimo y la existencia personal atravesada por los antepasados y sus vidas secretas.

Gracias a la editorial y a Babelio por el ejemplar

Solicité este libro en Babelio por pura casualidad, ni siquiera estaba al tanto de la Masa Crítica que se estaba haciendo. Tengo que admitir que ninguno de los libros que había me llamaban mucho la atención y estaba pensando en abortar misión cuando vi la portada de este libro. Conozco a la editorial de seguirla por redes sociales, pero nunca me había animado a leer nada suyo y este libro ha sido todo un acierto. Antes de hablaros de él, tengo que comentar que el libro tiene una maquetación estupenda y que está acompañado de fotografías al final de cada capítulo, aunque en un principio no parezca que tenga que ver con la trama del libro, y un índice de ellas al final del libro. Parecen detallitos tontos, pero yo los aprecio mucho. 

Cora tiene catorce años cuando su abuelo, Saturnino, muere. Su madre y ella están en el desván de su casa limpiando sus pertenencias cuando Cora se encuentra con una fotografía en la que sale una mujer joven que se parece un montón a ella. A pesar de que su madre le ha dicho que se podía quedar con un objeto de su abuelo, no le deja quedarse con esa fotografía, pero acaba ideando un maravilloso plan para hacerlo. En el reverso de la foto se puede leer que fue tomada en París en 1953. Cuando Cora cumple dieciocho años accede a estudiar medicina por obligación de su padre, con la condición de que tiene que ser en París.

La mayor parte de la narración está contada en París, yo nunca he estado, pero se nota que la autora sí. Las descripciones de las calles parisinas no son muy detalladas, pero se van mencionando calles, monumentos y sitios emblemáticos y como Cora realiza el recorrido durante toda su estancia allí. Y esto, junto a la forma narrativa de la autora, conseguirá transportarte junto a ella y ser una espectadora más de la situación. Durante todo el libro he tenido la sensación de que fuese una amiga de la protagonista y me estuviese contando su historia. Una historia muy dura y con la que me he sentido representada, por eso creo que este libro se ha llevado un trocito de mí.

«—Nada es definitivo, salvo la muerte. A veces parece que nos han enseñado a cerrar los ojos y seguir adelante sin pensar en las opciones que dejamos de lado. Parece que hay que tomar una decisión y apechugar sin mirar atrás.» 

Cora tiene una obsesión muy fuerte por la fotografía de su abuelo que se encontró y es el hilo conductor del libro, pero también de su vida. Está presente durante todo el libro, pero lo importante es el crecimiento, tanto personal como físico, de Cora. El libro comienza cuando ella tiene catorce, pero acaba cuando ya está en la edad adulta. Tiene unos saltos de tiempo de periodos muy grandes, pero no es confuso y te lo presenta tan bien que ni te darás cuenta de que has avanzado tanto en el tiempo. Cuando quieres darte cuenta, Cora se ha hecho un hueco en tu corazón y se ha acabado el libro. Aunque no sea un libro muy reflexivo, en más de una ocasión me ha hecho plantearme cosas al verme reflejada en el personaje principal.

Cora es un personaje bastante perfilado, redondo y que actúa como actuaría cualquier persona: haciendo cosas bien y cometiendo errores. Lo que más me ha gustado de ella es la decisión a averiguar quién es la mujer que tanto se parece a ella, pero sin dejar de lado que tiene más responsabilidades como los estudios, familia, amigos... Tengo que admitir que ha habido situaciones en las que no me ha gustado mucho como ha actuado, sobre todo en las partes en las que dejaba de lado a sus amigas. También conoceremos a su familia, a quien me gustaría destacar a la abuela Carmina porque me ha parecido un personaje muy entrañable y gracioso. Además de todas aquellas personas que conocerá en París.

Ha sido una historia que me ha sorprendido. Aunque parezca algo plana y corriente, esconde mucho en su trasfondo. Nos deja claro que hay que tener presente el pasado para llegar a conocernos mejor y que hay que luchar por lo que verdaderamente queremos. No es mi libro favorito, pero estoy segura de que si alguien me pregunta por algún buen libro para leer, le recomendaré este. Gemma Urraka me ha sorprendido mucho con su prosa, Las vidas secretas tiene un hueco especial en mi estantería y no será el único libro de Niña Loba Editorial que voy a leer. 

«—La vejez es extraña. Los viejos sabemos más que los jóvenes en muchos asuntos, pero luego no sabemos explicarnos. No sabría explicarte lo que se siente, lo que mi cuerpo siente ahora mismo, pero hay una certeza en mí de que, dentro de poco, me voy a morir. Y lo mejor de todo es que no me importa.»