Somos astronautas

Somos astronautas | Clara Cortés | La Galera | Juvenil, fantasía urbana | Conclusivo | 426 páginas | 16,62€/8,54€ | 9788424667573 | Comprar en físico | Comprar en digital 

Cuatro amigos, un verano lleno de preguntas y la inmensidad del futuro por delante.

Cuatro amigos viven en un pueblo de Florida y están a punto de acabar el último año de instituto. Se sienten perdidos y aplazan una y otra vez el momento de plantearse qué quieren hacer con sus vidas. Sus caminos no tendrían por qué haberse cruzado y, sin embargo, un día los cuatro ven algo en el cielo que probablemente les cambie para siempre.

El verano empieza lleno de preguntas que, más que del espacio, vienen de dentro y no son tan fáciles de responder.

Leer a Clara Cortés me resulta un acierto siempre y con Somos astronautas la cosa no iba a ser distinta. Tenía muchas ganas de leer este libro y mi amiga invisible me lo regaló por Navidades, así que lo he visto como una señal del destino para leerlo junto a Alicia Gadi, a quien tengo que agradecer que me haya aguantado leyendo este libro porque, de verdad, soy muy fan de las lecturas conjuntas, pero no sé llevarlas al día. En este caso, me pasó que lo empecé más tarde que ella y el último tramo me enganchó tanto que lo terminé mucho antes que ella, pero ha sido un placer leerlo y comentarlo junto a ella. Ya me parece tradición leer a Clara Cortés con ella y Lidia Fernández. 

Bean ha recibido un aviso por parte de sus padres: o mejora sus notas en el instituto o acabará dejándolo para trabajar en la lavandería junto a sus padres. El director del centro le propone tomar clases particulares junto a June para poder mejorar sus notas, pero no solo mejoran, sino que de esas clases nace una bonita amistad entre ellas y, es que, nunca habían sentido el apoyo de alguien como lo sienten la una con la otra. Esta amistad de dos aumentará a cuatro con la llegada de Lee Jones, el chico que es amigo de todo el mundo, y Adam Holt, el chico de la banda de música. Todo gracias a un extraño fenómeno que ven en el cielo y que empezarán a investigar por ayudar a June.

Me gusta mucho el estilo narrativo que tiene la autora, creo que es capaz de trasmitirte un montón de sensaciones con unas pocas palabras. Te deja el corazón calentito y es como si te estuviera dando un abrazo. Normalmente, Clara escribe historias algo duras, pero Somos astronautas es la historia de cuatro amigos que tienen sus propios problemas, pero que también se tienen entre ellos para apoyarse y se acaban resolviendo. Son problemas que casi todo el mundo ha pasado por ellos y con un hombro en el que apoyarte todo se soluciona o, por lo menos no todo es tan gris. Clara ha conseguido explicar esto de una forma muy bonita y ha conseguido unir a cuatro personajes tan distintos en un grupo de amistad que ya me gustaría a mí tener.

 

«—Creía que vosotros teníais una palabra para rellenar los espacios vacías. ¿Cómo era? ¿Cimientos? ¿No puedes crear nuevos cimientos para construir cosa fuertes?» 

Ilustración de Clara Cortés

A pesar de que la historia me ha gustado mucho, la trama principal basada en la cosa extraña que ven en el cielo no me ha terminado de convencer. Al final, eso es lo que consigue que los cuatro personajes se junten y formen una amistad, pero no he llegado a comprender del todo el motivo de por qué se introduce eso en la trama. No le he llegado a ver el sentido y, mirad, me ha dado igual porque me gusta mucho el resto de la historia y cómo viven un verano estos cuatro amigos tan diferentes. Me lo he pasado genial y, aunque lo he leído en invierno, ha sido como si me trasportase a verano y formase parte del grupito.

Los capítulos del libro se van entrelazando en torno a los cuatro personajes y aquí me hubiera gustado mucho que indicase el nombre del narrador a inicio de capítulo porque me resulta algo confuso que no lo haga, aunque al final acabase mencionando algo que te diese la pista. June, Bean, Lee y Adam son personajes muy diferentes y muy bien logrados. June es un cachito de pan, siempre dispuesta a hacer cualquier cosa por ella, estudiosa y fan del Espacio; Bean es pasota e indiferente, una chica coreana que desentona dentro de su familia, pero que desea lo contraria; Lee forma parte del grupito de los populares, no por tener muchos amigos, sino por tener el don de la palabra y saber cuáles son las mejores palabras para el momento exacto; y, Adam es un chico callado y reservado, cuya pasión es la música. Como podéis ver, aunque sean muy diferentes, es lo que les hará encajar.

Otra de las razones por las que me gusta leer a Clara es que mete mucha representación en sus historias. En este caso, la representación LGBT está en todos sus personajes y me ha parecido maravilloso porque llegó un punto en el que shippeaba a todos con todos y es el contenido que merezco. Tenemos representación cultural con Bean y su familia. Clara se lo ha currado tanto que hay frases en coreano traducidas al pie de página. Lee forma parte de una familia mexicana de lo más animada. Para terminar, las ilustraciones que nos encontramos en su interior son una delicia y hay detalles dentro de ellas que os dejarán con la boca abierta.

«—[...] Cada uno tiene su ritmo —siguió Bean, y aunque estuviera tan segura su voz era casi dulce—, nadie espera que sepas o que anuncies nada ahora. Yo solo digo... bueno, que si hay cosas que ya sabes y si te hace daño luchar contra ellas, a lo mejor simplemente deberías dejarlas fluir. Para ver cómo se siente, tal vez. Para que veas que estarás bien, pero por tu cuenta, porque no sirve que yo te lo diga.»